miércoles, 26 de marzo de 2014

LO QUE EL ALUMNO APRENDE SIN QUE LOS MAESTROS SE LO ENSEÑEN



En la escuela, el estudiante no solo aprende a manejar cierta información; aprende mucho más de lo que creemos que aprende.
·         A conocer a sus profesores y a distinguir los tipos de maestros que hay.
·         A conocer las debilidades de cada uno de ellos.
·         Las formas más adecuadas para hacerlos menos exigentes.
·         A prever que tipo de examen le hará cada profesor.
El estudiante aprende también toda una estructura de relaciones sociales.
·         Que el profesor es la autoridad, porque posee la autoridad que le da conocimiento y por eso es el quien dicta las reglas del salón de clases.
·         Que los alumnos deben callar, respetar y obedecer las órdenes del profesor.
·         Que debe luchar por sobresalir entre sus compañeros y, por tanto aprende a revivir en un ambiente de constante competencia y rivalidad.
El estudiante aprende además una serie de actitudes fundamentales frente a la vida:
·         Que para llegar a ser alguien, hay que estudiar y esforzarse por sobrevivir.
·         Que el que no sabe, no vale.
·         A limitar y a reprimir sus impulsos, sus propias iniciativas su creatividad y sus intereses, para limitarse a seguir las instrucciones y las indicaciones que le vienen de fuera, de quien tiene la autoridad.
·         A no pensar por sí mismo, sino a esperar que le digan lo que tiene que hacer.

Estos y otros aprendizajes iniciados en el seno de la familia son logrados y reforzados en la escuela.
La mayor parte de la información estudiada y aprendida en la escuela será olvidada, en la medida que no es utilizada en la vida diaria. Pero estos otros aprendizajes de socialización permanecerán ahí, sedimentados en el sujeto. Son pautas de conducta que ha incorporado su personalidad.

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